viernes, 19 de noviembre de 2010

"EXTRAÑOS FRUTOS" EN EL "POLIDOR", PARÍS


Estupenda composición del gran Francesco Gattoni. En medio, Santiago Gamboa y este servidor. A la izquierda Elqui Burgos y Ricardo Sumalavia, y, a la derecha (con la ayuda del espejo), Patrick Rosas, también ñato de risa.

En esta foto tampoco aparece el fratello Francesco (porque la está tomado, obvio), pero sí figura alguna gente muy querida para mí: Elqui Burgos, Françoise Thuillier, Ricardo Sumalavia, Carlos Dancourt, Santiago Gamboa, Patrick Rosas, este servidor, Laurence Hubert, Angelica Chulak, Eric Elghouzzi, Graciela Chulak, Ramón Menéndez, quien tiene al frente a Aldona Klemas.

Anteayer se presentó en París, en el Salón del Libro, mi libro "Extraños frutos" (Fondo Editorial UIGV, Lima 2010). Como su nombre no lo indica demasiado, el Salón es una linda librería; la dirige Alexandre de Nuñez y es la única que actualmente defiende los colores y las letras de América Latina, de España y del castellano en la luminosa París, donde las librerías están perdiendo la batalla frente a las tiendas de ropa. La velada fue concurrida y muy, pero muy simpática. En torno al libro y a las impresiones de Ricardo Sumalavia, que vino de Burdeos para presentarlo, los amigos se reunieron para arropar y celebrar ese manojo de historias que ya no son mías. Algunos reaparecieron después de años, otros venían desde lejos, Santiago Gamboa desde Italia (para participar en "Belles étrangères", festival literario este año dedicado a Colombia, de cuyo programa se escapó para estar con nosotros), Patrick Rosas desde su castillo de Alençon... Tras la presentación y el vino ofrecido por el Centro Cultural Peruano (Cecupe), algunos nos dirigimos al Polidor, un restaurant mítico, frecuentado en su hora por Ernest Hemingway, Julio Cortazar y otros santos de nuestra devoción. Allí terminamos el festín. A todos los que han querido acompañarme en esta noche especial y, para mí, memorable, toda mi gratitud. A los ausentes, y pienso en ustedes, mis queridos José Manuel Fajardo y Karla Suarez, entre tantos otros, todos estuvieron a nuestro lado, brindando, no les quepa la menor duda.

Fotos: © Francesco Gattoni
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viernes, 1 de octubre de 2010

ELECCIONES: Un voto por el futuro

MI VOTO POR SUSANA VILLARÁN

Por Alfredo Pita
¿Por qué este domingo, desde lejos, votaré, in pectore por supuesto, por Susana Villarán, la candidata del movimiento Fuerza Social para la alcaldía de Lima? Aquí, mis razones.
En 1980, luego que la Constituyente de 1979 revelara el gran campo electoral que había conquistado la izquierda, todas las esperanzas estaban permitidas para que en el Perú, a corto plazo, el campo popular llegara al poder por las urnas, por la primera vez en la historia, reeditando la proeza del socialista Salvador Allende, en 1970, en Chile.
La elección de Alfonso Barrantes, en 1984, como alcalde de Lima, reafirmó esta posibilidad. Barrantes fue elegido por el pueblo no sólo para que resolviera problemas sino también para que paliara una compleja situación de crisis política en el campo popular que comenzaba a dispararse en aquel momento. No lo logró.
La insurgencia demente de Sendero Luminoso, en 1980, y la represión implacable que desató el poder, que se ensañó sobre todo con las inermes poblaciones campesinas de la zona del conflicto, minó poco a poco la opción de la izquierda democrática y, este fracaso, creó las condiciones para que en los siguientes 30 años los peruanos sufrieramos el imperio de la derecha nuestra, pacata, ignara, huachafa, violenta, corrupta y antinacional.
Esta etapa ha terminado. Todo parece indicar que el pueblo peruano está despertando de su letargo y se niega a seguir siendo manipulado por los fariseos de siempre. Por este nuevo amanecer, y por nuestros hijos, por los niños peruanos de hoy y por los que vendrán, este domingo todos debemos votar por el futuro, por nuevas políticas para nuestra sufrida sociedad, más democraticas, modernas e inclusivas, menos racistas, más respetuosas del ser humano.
Votemos por Susana Villarán, a quien no conozco personalmente, pero que es, sin duda alguna, quien mejor representa, hoy entre nosotros, estos nuevos valores. Lo prueban la avalancha de ataques taimados que está sufriendo de parte de los medios que sirven los intereses de quienes siempre privilegiaron su bolsillo antes que la salud o la educación del pueblo peruano. Esto me basta.
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sábado, 11 de septiembre de 2010

LA CONCIENCIA, LA MEMORIA Y LA IMPUNIDAD

FRENTE AL INICUO DECRETO 1097

Por Alfredo Pita
En un clima que creíamos superado, de manipulación de la opinión y de explotación de los miedos que aún genera el terrorismo, el gobierno peruano y sus adláteres se están esforzando por montar un marco legal que sustituya leyes actualmente vigentes, con el propósito de garantizar la impunidad de criminales que cometieron, en las últimas décadas, en medio de la lucha contra la subversión, delitos de lesa humanidad contra la población.
No se puede interpretar de otro modo la aprobación de instrumentos como el Decreto 1097, que busca anular en forma elusiva y taimada –por el tiempo transcurrido, por falta de pruebas o por otras razones mañosas— los procesos en marcha contra militares que violaron los derechos humanos durante la guerra interna. Estamos ante un claro intento de iniciar, e imponer, un proceso de impunidad más amplio de lo que parece, que beneficie a estos procesados y a otros, que aún no lo están, por delitos similares.


Unos 123 campesinos, entre ellos mujeres y niños, fueron masacrados por el ejército en Putis, en 1984, y enterrados en fosas comunes, en una de las mayores matanzas de civiles durante el conflicto interno peruano. Foto BBC Mundo.

Como si no bastara con la inaplicación de las recomendaciones de la Comisión de la Verdad y la Reconciliación, que debieron precisamente haberse aplicado para que nuestra sociedad superase los traumas de la guerra interna y los heredados de la historia, traumas estos últimos que permitieron el desmadre de la violencia de los 80 y 90, ahora tenemos que en el Perú hay autoridades que quieren reeditar la Ley de Punto Final argentina y otros engendros legislativos del mismo corte.
El caso es que, como lo han demostrado los casos argentino y chileno, y otros, por más que se intente cercenar la memoria de los pueblos, ésta siempre permanece, y, le pese a quien le pese, al final siempre impone la sanción que los crímenes merecen. De nada servirá barrer pues, como se intenta ahora, la basura bajo la alfombra con decretos fraguados por intrigantes y tinterillos. A la larga, la sanción, impuesta por la justicia peruana o por los tribunales supranacionales competentes, caerá sobre los responsables, puesto que los crímenes de lesa humanidad son internacionalmente imprescriptibles.
Si por el particular carácter de las instituciones peruanas, o por alguna otra falla, los criminales al final lograran burlar la sanción, ésta de todos modos llegará, porque la memoria colectiva, y selectiva, se encargará de alimentar a la Historia. Los criminales de todos modos serán sancionados, aunque sea moralmente, de cara al futuro.

En agosto de 2009, familiares de las víctimas de la masacre cometida en Putis, trasladaron los restos de 92 civiles hacia su sepultura definitiva. Foto BBC Mundo.

Durante la guerra interna, las fuerzas armadas se enfrentaron a las bandas terroristas y las derrotaron. El problema es que, en este empeño, muchos militares secuestraron, torturaron, violaron, asesinaron y desaparecieron a miles de civiles peruanos inocentes, campesinos quechuahablantes en su mayoría. Ni la sociedad ni los militares peruanos tendrán paz ni futuro si las fuerzas armadas y el poder no deslindan y rompen con este pasado, pidiendo perdón a las víctimas en primer lugar. Todo esfuerzo en sentido contrario no sólo será una farsa sino también otro crimen.
El escándalo del Decreto 1097 está provocando en el país fuertes reacciones individuales e institucionales, y no es para menos. El Perú y los sectores conscientes de la sociedad peruana están otra vez en un momento decisivo de la historia. Estamos ante un momento de quiebre no sólo político sino moral, que afecta a toda la colectividad nacional, por lo que el deber de todo ciudadano peruano informado y responsable es alzar la voz y decir lo que nos dicta la conciencia.
Ante esto, quisiera dirigirme al “gremio” de los escritores, por llamarlo de algún modo. Los escritores peruanos, y los creadores en general, debemos ponernos de pie en esta hora, tan numerosos como podamos, para protestar por estas maniobras indignas de la democracia que se dice que vivimos.
En una sociedad como la peruana actual, en que la incultura es cultivada con ahínco, para manipular precisamente a las masas adormecidas, la voz de los intelectuales, de los que se supone entienden mejor lo que pasa, debe alzarse para alertar a nuestros conciudadanos. Esta actitud cívica es hoy más que nunca necesaria. Callar ante los hechos que vemos es arriesgar, como en los años 80, pasar por ingenuos, por interesados o por cómplices.

París, 10 de septiembre 2010.